Nace en Iznalloz (Granada- 19 –Noviembre de 1971). Licenciado en Bellas Artes (1990-96) en la especialidad de Diseño Ambiental por la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada.

Cursos importantes como “Il Artista come Decoratore” en la Academia de Bellas Artes de Roma… y así, un sinfín de certámenes, concursos y premios completan su joven carrera artística.

Son muchos los años que la amistad con Juan me han hecho comprender sus ideas artísticas y vinculación con el arte religioso. He seguido todos sus pasos e iniciativas en este tema tan difícil y nunca mejor dicho tan “espinoso” de la interpretación iconográfica en la tipología religiosa.

Para poder ejercitar este trabajo y poder representar la dignidad, la misericordia, la soberanía universal, la clemencia, la piedad, hay que ser un artista como Juan en cuyo interior se depositan unos sentimientos espirituales propios de aquel que a través de su educación estética los exterioriza en un trazado de rutas que producen un deleite del alma y gozo inherente a lo estético.

Aquí, la representación se hace buscando o incidiendo en la realidad humana del personaje, es como si el artista también a su vez reflejara al ser humano de nuestros días, es una reacción ante la interpretación de su mensaje, independientemente de religiosidades y credos. Es el mensaje del  hombre perdido con destino incierto, la sociedad desprovista de valores, la enfermedad, el hambre, la pérdida de un ser querido. Algo que nos acompaña diariamente y con frecuencia no queremos ver pero que, cuando miramos los trabajos de Juan Díaz nos está desvelando con especial interés y cuidado el alma de sus representaciones, que de igual manera son las mismas que las del hombre de nuestros días.

Por su excepcionalidad merece resaltar en su forma de expresión, la  mirada, la expresión de los ojos como parte fundamental del rostro, esa ventana por donde asomarnos al personaje y al mismo tiempo entra en conexión con él. El arte de Juan Díaz tiene una doble función pedagógica, una la de prestar un gran servicio a la espiritualidad de las representación simbólica artística y la segunda a manifestar los sentimientos del hombre por medio de la fuerte sensibilidad de sus personajes plasmados en sus diferentes situaciones.

Asistimos ante el magnífico trabajo y buen oficio de un artista que está abriendo un nuevo cauce en las estructuras artísticas, buscador de cánones que expresan la profunda vivencia de la espiritualidad artística de nuestros días.

Manuel Ruiz Ruiz.

Crítico de Arte.

Coordinador del Gabinete Pedagógico de Bellas Artes de Granada.

Granada. 28 de Febrero de 2009.